El electroencefalograma (EEG) es una prueba a la que se recurre cuando se sospechan las siguientes enfermedades:
- Epilepsia
- Daño cerebral
- Encefalopatías
- Trastornos psiquiátricos
- Trastornos de sueño
Es una prueba que se usa para estudiar el funcionamiento del sistema nervioso central, concretamente de la actividad eléctrica de la corteza cerebral. Consiste esencialmente en registrar mediante electrodos especiales, las corrientes eléctricas que se forman en las neuronas y que son la base del correcto funcionamiento cerebral.
Con esta prueba se puede identificar los ritmos normales y patológicos de la actividad cerebral. Las ondas eléctricas normales dependen del estado de vigilia o de sueño. Las ondas que se encuentran habitualmente son:
Esta prueba está indicada para diagnosticar posibles trastornos del sueño, como:
El sistema registra diferentes variables:
Es una técnica que permite:
La electromiografía (EMG) es una prueba que sirve para estudiar cómo funcionan los músculos y los nervios que los controlan. Se realiza colocando electrodos o una aguja muy fina en el músculo para registrar su actividad eléctrica, tanto en reposo como durante el movimiento.
La neuroconducción es la prueba que mide qué tan rápido y con qué intensidad viajan los impulsos eléctricos a través de los nervios. Se realiza aplicando pequeños estímulos eléctricos en la piel y registrando la respuesta en el nervio o en el músculo que controla.
Sirve para detectar si un nervio está dañado y se usa en el estudio de neuropatías, síndrome del túnel carpiano u otras lesiones nerviosas.
El estudio de Neuroconducción nerviosa incluye varias técnicas como son:
Es un estudio que permite valorar la función del Sistema Nervioso Central en unión con el Sistema Nervioso Periférico. El reflejo H es como un "reflejo eléctrico" que ayuda a estudiar la conexión entre nervios y médula espinal. La Onda F, es muy sensible en el diagnóstico de la Polineuropatía Diabética y Síndrome de Guillain Barré y el Reflejo H, sirve para el diagnóstico de la radiculopatías lumbosacras
El examen del reflejo de parpadeo consiste en estimular suavemente una zona de la cara, normalmente cerca del ojo o el nervio trigémino (por ejemplo, con un toque o un estímulo eléctrico leve), y registrar si se produce el parpadeo automático. Sirve para evaluar el funcionamiento del nervio trigémino (sensitivo), del nervio facial (motor) y de los circuitos del tronco encefálico que participan en este reflejo.
El test de estímulo repetitivo sirve para detectar alteraciones en la comunicación entre nervio y músculo. Consiste en aplicar impulsos eléctricos repetidos a un nervio y registrar la respuesta del músculo
Los potenciales evocados visuales (PEV) son señales eléctricas que genera el cerebro cuando vemos un estímulo visual. Se registran con electrodos en la cabeza y sirven para saber si la vía visual (desde los ojos hasta la corteza occipital) funciona bien.
Son las respuestas eléctricas que produce el cerebro cuando recibe un sonido. Se registran con electrodos sobre la piel en la región temporal captando la señal de la corteza auditiva para comprobar si la vía auditiva (desde el oído hasta el cerebro) funciona correctamente.
Los potenciales evocados somatosensoriales es una prueba neurofisiológica que permite estudiar la correcta funcionalidad de las vías sensitivas desde el sistema nervioso periférico, médula espinal, hasta el córtex somatosensorial a nivel cerebral.
Se realiza mediante electrodos situados en la piel o el cuero cabelludo aplicando un estímulo eléctrico sobre los nervios periféricos de las extremidades superiores o inferiores.